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Enclavada en la prestigiosa Sierra de Altea, esta villa de lujo redefine el concepto de exclusividad y confort. Desde el primer instante, su majestuosidad y diseño te envuelven, combinando a la perfección el encanto mediterráneo con un estilo contemporáneo sofisticado.Ubicación privilegiada, privacidad absoluta A solo 6 minutos de las playas y del campo de golf, y cerca del centro de Altea, esta propiedad de 920 m² construidos sobre una parcela de 2.440 m² ofrece la combinación perfecta entre tranquilidad y acceso a los mejores servicios de la Costa Blanca.Un hogar diseñado para el deleite Al cruzar su elegante recibidor, una puerta de madera maciza te da la bienvenida a un espacio diáfano y lleno de luz. La impresionante sala de estar con chimenea, el comedor y la cocina de diseño con isla crean un entorno ideal para el entretenimiento y la convivencia. Desde cualquier rincón, los grandes ventanales enmarcan las excepcionales vistas al mar de la Bahía de Altea y la majestuosa Sierra Helada, convirtiendo el paisaje en una obra de arte natural. Los techos altos con vigas de madera, los materiales nobles y la armonía en cada detalle reflejan el lujo en su máxima expresión.Exclusividad en cada nivelDormitorio principal con vistas al mar, armarios empotrados y baño en suite con ducha, bañera y lavabo doble.Dos dormitorios en suite, cada uno con su propio baño privado.Piso inferior con una segunda sala de estar, comedor y cocina abierta, perfecta para invitados.Área de gimnasio, trastero y garaje cerrado para tres vehículos.Una villa pensada para la privacidad y el confort Gracias a su distribución optimizada, esta villa es ideal para grandes familias o para quienes disfrutan recibiendo invitados, con espacios diseñados para la intimidad y la comodidad. En el exterior, un jardín ajardinado y perfectamente cuidado rodea la propiedad, con una gran variedad de flores y árboles maduros que aportan frescura y exclusividad. Justo frente a un sereno estanque con peces exóticos, se encuentra la joya adicional de esta propiedad:Casa de huéspedes con esencia marroquí Un oasis independiente con un diseño evocador, jardín privado y vistas inigualables al mar. Totalmente equipada, ofrece aire acondicionado, televisión por cable, Internet de fibra óptica y un sistema de seguridad conectado.¿Quieres construir otra villa de lujo?La casa de huéspedes se encuentra ubicada sobre una parcela independiente lo que puede permitir la construcción en un futuro de otra villa de lujo en dicha ubicación.Más que una casa, un estilo de vida Vive en un lugar donde la privacidad, el confort y la belleza natural se fusionan en perfecta armonía.
Altea es uno de los destinos más codiciados de la Costa Blanca. Su encanto reside en la perfecta combinación entre el ambiente tradicional de pueblo pesquero y la modernidad de una localidad cosmopolita, rodeada de playas cristalinas y montañas.
Vivir en Altea significa disfrutar de un clima privilegiado durante todo el año, con más de 300 días de sol anuales, ideales para quienes buscan calidad de vida y bienestar. El entorno natural y las rutas de senderismo por la sierra de Bernia son otro de sus grandes atractivos. Además, la proximidad a ciudades como Alicante y Benidorm hacen de Altea un lugar perfecto para residir todo el año.
El casco antiguo de Altea, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), es el corazón histórico y cultural de la localidad. Se caracteriza por un entramado de calles empedradas y estrechas que serpentean entre casas encaladas de blanco. Los balcones y portales suelen estar adornados con flores de colores vivos como geranios, jazmines y buganvillas. El conjunto arquitectónico, de marcado estilo tradicional, ha sabido mantener su esencia a lo largo de los años, convirtiéndose en un auténtico símbolo de la Costa Blanca.
A medida que se asciende por las empinadas callejuelas, se descubren rincones llenos de encanto: pequeñas plazas, tiendas de artesanía, galerías de arte y restaurantes con terrazas donde disfrutar de la gastronomía local. El punto central es la Iglesia, famosa por sus dos cúpulas azules que se han convertido en la imagen más reconocida de Altea. Desde los numerosos miradores se obtienen vistas panorámicas espectaculares del Mediterráneo, el puerto y la sierra circundante.
El casco antiguo es también un espacio vivo, que acoge festivales, mercados y actividades culturales durante todo el año, además de ser un lugar ideal para pasear, tomar fotografías y disfrutar de la tranquilidad y el ambiente bohemio que lo caracterizan.
Altea cuenta con una costa variada y atractiva, donde destacan tanto playas turísticas como pequeñas calas de aguas cristalinas. La playa más conocida es la Playa de la Roda, situada junto al paseo marítimo y el puerto, ideal para familias y para quienes buscan comodidad y servicios cerca. También existen otras playas urbanas como la Playa de Cap Blanch y la Playa de l’Espigó, que ofrecen un entorno relajado y buenas infraestructuras.
Para quienes prefieren lugares más tranquilos y naturales, Altea cuenta con calas recónditas como la Cala del Soio o la Cala de la Barreta, perfectas para nadar, practicar snorkel o simplemente disfrutar de la paz y la belleza del entorno. El agua transparente y la suave brisa marina hacen de las playas de Altea un lugar idóneo para el descanso y el disfrute.
Altea ofrece infinitas posibilidades para los amantes del mar y la montaña. La seguridad, el ambiente internacional y la hospitalidad de sus habitantes completan un escenario idílico para quienes buscan un hogar en el Mediterráneo.

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